El personaje de Fígaro forma ya parte del imaginario colectivo, sacado directamente de la Commedia dell’arte, mezcla de Arlequín, Brighella, y Polichinela, es imaginativo, feliz, vivaz, laran lera laran lá… aunque curiosamente casi todas sus ideas acaben fracasando, lo importante es que ejercite de «portador del cómico», sus intrigas e ingenios nunca son relevantes en la resolución de la trama, es más, suelen entorpecerla, no obstante Fígaro auto proclame siempre sus talentos extraordinarios.
Resulta pues cuanto menos curioso que el personaje de Fígaro, según la lectura política de la obra de Beaumarchais que se hizo en el XIX, sea considerado ese héroe burgués abanderado de la libertad que anticipa la Revolución francesa cuando es poco más que un siervo simpático y ocurrente que se adapta a cualquier situación buscando sólo la propia supervivencia y que viene claramente superado por las argucias femeninas, bien sea de Rosina-Contessa o de Susanna.
Considerar revolucionario el monólogo de le Mariage donde Fígaro entre otras quejas, sobre todo hacia las mujeres, se lamenta de su señor por sus intentos amatorios hacia Susanna me parece sobrevalorar al personaje y a la situación.
Fígaro nace de pluma de Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais, todo un personaje en sí mismo. Merece la pena dedicar unas líneas a su vida ya que, en parte, el papel de Fígaro se podría considerar algo autobiográfico. Beaumarchais nace en París el 24 de enero 1732, empezó siguiendo el oficio de su padre como relojero, la invención de un reloj-anillo para Madame de Pompadour le abrirá la corte de Versalles, será profesor de música para las hijas de Luis XV pasando por consejero real, diplomático y espía para la corona francesa en Londres, editor en Alemania de las obras de Voltaire, traficante de armas para la revolución americana. También pasó algún tiempo en la cárcel acusado de falsificación y adulterio, se casó tres veces, las dos primeras mujeres murieron «prematura y misteriosamente», sus diversos negocios le hicieron ganar mucho y arruinarse varias veces, se le atribuyen innumerables amantes, estuvo en el exilio después de la revolución francesa, pudo volver a París en 1796 donde murió tres años más tarde.
Vamos a lo que nos interesa, en 1764, Beaumarchais se trasladó casi un año a Madrid por negocios de tráfico de esclavos, allí es donde se inspira para la creación de su famosa trilogía, aunque hay que decir que nunca pisó Sevilla. Por cierto, os aconsejo un libro muy interesante Beaumarchais en Sevilla de Hugh Thomas.
A su vuelta a París se dedicará a la escritura de obras de teatro, destacando la famosa trilogía de Fígaro, sobre todo las dos primeras, El barbero de Sevilla de 1775, Las bodas de Fígaro de 1781 y La madre culpable de 1791.
La gran fama que de inicio gozaron las obras teatrales fue muy pronto eclipsada por dos óperas, Il Barbiere di Siviglia de Gioachino Rossini, que borró a su vez el de Paisiello y Le Nozze di Figaro de Wolfgang Amadeus Mozart, la obra que cierra la trilogía, que viene definida por el autor como drama moral, no tuvo el mismo éxito, pero sé que os gustará saber qué pasa con los personajes.
Veinte años después de la acción de «Las Bodas», Susanna y Figaro siguen casados y al servicio de los condes que se han trasladado a Francia, el pobre Cherubino, aunque al final conseguirá ser el amante de la Condesa Rosina, muere en el campo de batalla dejándola embarazada de Léon, el Conde de Almaviva tiene sospechas de no ser el padre legítimo de Léon, por su parte el conde tiene una hija fuera del matrimonio, Florestine. Ya os podéis imaginar que Léon y Florestine se enamoran.
Si bien personalmente considero equivocado el Figaro revolucionario, en cambio es un personaje eterno, inmortal, ya sea un pobre escriba egipcio apaleado, un legionario romano busca fortuna, un trovador medieval arrastrándose de pueblo en pueblo, un barbero en Sevilla o una de las tantas personas que sufren hoy la crisis y el cambio continuo de situaciones legales y económicas, Fígaro tiene talento y ganas, que sin embargo, no parecen ser suficientes, cambiando o buscando siempre diferentes empleos, rescatado por mujeres, siempre más sabias que él, preparado para sobrevivir con o sin dinero, metido siempre en problemas, pero siempre dispuesto a resolverlos con una sonrisa en la boca, uno de tantos que a lo largo de la historia «reímos por no llorar».
Gracias al proyecto Gutenberg, podemos disfrutar gratis de la lectura de la trilogía de Beaumarchais eso sí, en francés original, clic en cada título para leer:
Le barbier de Séville ou la précaution inutile
La Folle Journée ou le Mariage de Figaro
L’autre Tartuffe, ou La mère coupable
En castellano, no queda otra solución que comprar los libros, os dejo los enlaces de amazon:
El barbero de Sevilla
Las bodas de Fígaro
Comments 1
Valiosa información musical.la cual nos conduce a conocimientos más profundos en el tiempo.. de la historia de la Opera. Gracias