Hablar del bajo cantante Feodor Chaliapin es hablar de la historia de la ópera y del teatro, su Boris Godunov sigue siendo, aún después de un siglo de innumerables intérpretes, la mejor referencia del personaje creado por Mussorgsky.
Chaliapin revolucionó el teatro lírico, la dramaturgia, hasta su aparición la mayoría de los cantantes de ópera simplemente se situaban en medio de la escena y dirigidos directamente al público cantaban su papel. Con el bajo ruso vendría la construcción dramática de los personajes, su psicología, la credibilidad escénica, el respeto de cantante-actor. Chaliapin se convirtió en una leyenda de la ópera a la altura de Enrico Caruso o Maria Callas.
Vamos con una breve biografía, nació el 13 de febrero de 1873 en la ciudad tártara de Kazán en Rusia, curiosamente 12 días después que Caruso. Según cuenta él mismo en sus memorias, cuya infancia parece un relato de Dickens, su familia era pobre, su padre era un alcohólico y su madre debía mendigar con bastante frecuencia par paliar el hambre y el frío. Así pues, en cuanto el pequeño Feodor tuvo edad suficiente lo pusieron a trabajar en diferentes oficios, desde ayudante de zapatero a estibador del Volga, pero muy pronto se sintió atraído por la música y el teatro, su primer contacto sería un viejo violín que compraría con sus ahorros y el coro de su parroquia, esa pasión por la música le impediría trabajar de continuo ya que siempre prefería ganarse unas monedas cantando en banquetes y fiestas.
Su estrella cambiaría en 1891 al unirse a la compañía Ussatov, que fue tenor del Bolshoi , quien será su maestro de canto, poco a poco entra en la vida cultural de Rusia, conociendo a los grandes personajes de la época como Rimsky-Korsakov o Rachmaninov que se convertirían en grandes amigos y consejeros, con la ayuda de Mamontov, mecenas de los teatros imperiales, desde 1895 cantaría primero en San Petersburgo, luego Novgorod hasta llegar al Bolshoi de Moscú en 1899, los grandes papeles de bajo-barítono, también estrenando personajes como Salieri en la ópera Mozart y Salieri de Rimsky-Korsakov.
Su carrera internacional empezaría en 1901 con su debut en el Teatro alla Scala de Milán en el papel de Mefistofele de la ópera de Boito, junto a Caruso y dirigido por Toscanini, a partir de entonces Chaliapin fue requerido por todos los grandes teatros del mundo. Destacaría el estreno de “Don Quichotte” de Massenet en Montecarlo en 1910, cuyo personaje fue creado por el compositor francés pensando en él o el estreno occidental de «Boris Godunox» que situó la obra maestra de Mussorgsky entre las grandes del repertorio. Su fama le convertirá en una leyenda del teatro lírico.
En 1898 se casó con Iole Tornaghi, bailarina italiana que trabajaba en Rusia, de sus hijos destacar a Feodor Chaliapin, Jr. que fue actor de cine, por ejemplo en el Nombre de la Rosa y a Boris Chaliapin, famoso pintor de las portadas históricas de la revista Time.
Su relación con la revolución rusa del 17 tuvo un buen inicio, siendo nombrado Artista del Pueblo en 1919, pero pronto sus discrepancias le llevaron a abandonar para siempre su patria y residir en París desde 1921 hasta su muerte.
Escribiría dos autobiografías: “Páginas de mi vida” en 1926 y “Mi vida” en 1932.
La última actuación del gran Chaliapin fue cómo no, con su Boris en Montecarlo en 1937, morirá en París un año más tarde, con 65 años, el 12 de abril de 1938.
En 1933 protagonizó la película Don Quichotte de Georg Wilhelm Pabst, al mismo tiempo se rodaron tres versiones, en inglés, francés y alemán que contienen canciones de Jacques Ibert, las famosas tres canciones de Don Quijote de Maurice Ravel también fueron encargadas para esta película pero se desecharon, parece ser porque Chaliapin las consideró demasiado agudas, Aquí os he subido la película en su versión francesa subtitulada en castellano.
La Revolución en el canto que personificó Chaliapin tiene su génesis en el tipo de música contemporánea que tuvo que interpretar, asesorado por los compositores rusos buscó una alternativa, o mejor dicho, más soluciones al simple y hermoso canto all’italiana, la nueva ópera de finales del XIX necesitaba un nuevo estilo de canto, lleno de expresividad, de colores, de «licencias» con el tempo, de efectos casi caricaturescos, al borde de lo esperpéntico, muy teatrales, sin renunciar al canto dulce, timbrado y bello cuando es necesario.
Es esa búsqueda de la emoción, del realismo casi deforme, grotesco, lo que le llevó a preferir papeles cómicos o terriblemente malvados. Ya sea como Boris, como Don Quijote, como Don Basilio o Felipe II o como sus numerosos diablos, de Gounod, de Boito, de Rubinstein o de Meyerbeer, Chaliapin conseguiría una profundidad insólita en su interpretación ayudado por un minucioso trabajo de vestuario y maquillaje que aumentara su total metamorfosis.
No es extraño por tanto que Stanislavsky creador del famoso método que cambió las artes escénicas en el siglo XX confesara : «Mi método está tomado directamente de Chaliapin»
Desgraciadamente no se conserva una ópera completa grabada del gran artista ruso, nos tenemos que resignar a algunos fragmentos, como muestra esta sublime Escena de la muerte de Boris Godunov grabada en Londres en 1928, gentileza de singravitation, donde se puede respirar toda la angustia y el tormento del Zar de Mussosgsky . Extraordinario y sin superar
«El arte puede sufrir altibajos, pero es eterno como la vida misma…»
Feodor Chaliapin en su autobiografía «Mi vida»
Comments 2
esplendida y conmovedora interpretacion,del gran cantante ruso!
Excelente presentación de la vida artística de cada personaje. Por ahora me sirvió para relatar una breve
semblanza de CHALIAPIN