Les Troyens, Los Troyanos, ópera de Hector Berlioz, con un excelente libreto del mismo compositor basado en algunos libros de la epopeya de Virgilio, La Eneida.
Desde el Metropolitan Opera House en su temporada de HD para todos los cines del planeta.
Acercarse a Les Troyans siempre infunde un cierto respeto monumental, personalmente la considero a la altura, o hasta superior, de la mejor escritura de Wagner y no acabo de entender la poca popularidad de esta obra maestra del romanticismo.
Lo que sí que entiendo es que se programe en contadas ocasiones porque requiere de un esfuerzo artístico y de producción colosal, son más de cuatro horas llenas de dificultad para orquesta, coro, bailarines, cantantes y director que no admiten un momento de respiro.
Esta estética producción de Francesca Zambelli, estrenada hace una década, recrea en todo momento la atmósfera idónea para llevar a cabo el complicado reto que nos propone Berlioz, aunque tiene algunos fallos, los bailes resultan algo tediosos, poco dinámicos, además hay una cierta desorganización en las escenas de conjuntos y si bien la parte de Troya es convincente, Cartago parece más una comuna hippie de los sesenta que los principios del pueblo africano que luchó contra Roma por la hegemonía del Mediterráneo.
La representación de la pasada víspera de reyes ha sido un buen regalo, o casi, con dos grandes sorpresas incluidas, la primera es el director, Fabio Luisi de quien sinceramente no esperaba tanto y tan bueno como sustituto de Levine, primero dirigiendo correctamente Verdi, en el Ballo y Aida, y ahora atreviéndose con este Berlioz del que exprime toda su belleza, logrando el clima adecuado con una elección de tiempos casi perfecta, arrastrádonos con él por todo el drama épico a través de innumerables colores ora intimistas y cálidos ora potentes y dramáticos, emocionante la dirección de «Nuit d’ivresse» aunque sigo echando de menos en el italiano cierta energía, cierto nervio, quizá atreverse con algo más para ser una figura de la dirección.
Ni que decir tiene que coro y orquesta estuvieron a la altura del maestro Luisi, ya sé que me repito, pero considero la orquesta y el coro del Met, sobretodo los primeros, como referencia mundial en lo que a lírica se refiere.
La segunda sorpresa agradable tiene como protagonista al Aeneas de Bryan Hymel que, gracias a dios, sustituyó a un osado Marcelo Giordani que tuvo que resignar, lógicamente, a cantar este rol, a Giordani le vendría mejor hacer gárgaras con lejía que abordar este repertorio.
Tampoco me esperaba de Hymel, eterno sustituto, su extraordinaria actuación en el dificilísimo papel de Aeneas, no sé de dónde se sacó el centro oscuro y cálido o la seguridad en el fraseo lleno de mezzevoci, algo ha cambiado en el joven tenor estadounidense, espero que sea un principio y no un hecho aislado. Bravo.
Vamos con las dos verdaderas protagonistas de la ópera, Cassandra y Dido, aunque a veces han sido cantadas por la misma intérprete, Dido es para una mezzo con facilidad de agudo, mientras que Cassandra es un rol para soprano Falcon, nombre atribuido por la cantante francesa Marie Cornélie Falcon (1814-1897) que define una tesitura entre soprano y mezzo con graves rotundos y oscuros y agudos brillantes… eso precisamente le faltó a Deborah Voigt, corta sea en el registro grave, a veces inaudible, que en el agudo, denotando una inseguridad insoportable. Más allá de que jamás nos creemos su personaje, no pasan bien los años por la Voigt, en ciertos momentos hubiera sido más acertado haberla vestido de Papagena, algún huevo habría puesto. Mal.
Resulta mucho más convincente y simpática presentando las óperas del Met, que destrozando lo que podrían haber sido unos Troyanos para el recuerdo, es el lunar enorme de esta representación, el «casi», lástima.
Todo lo contrario Susan Graham como Dido, transportándonos por todas las emociones del dramático y exquisito personaje que creó Berlioz, desde la regia mujer viuda, pasando por la enamorada e íntima hasta el terrible final. Es cierto que ha perdido algo de facilidad en su canto, de color y denota dificultad en los agudos, pero lo suple y cómo con una expresividad y un gusto sublime, para mí lo mejor de la representación.
Muy buenas elecciones del resto del reparto, todos mejor que correctos, por decir algo, el peor Dwayne Croft como Coroebus y el mejor Paul Appleby como Hylas, extraordinario en su aria.
Este es el numeroso reparto al completo
Didon Susan Graham
Cassandre Deborah Voigt
Énée Bryan Hymel
Chorèbe Dwayne Croft
Panthée Richard Bernstein
Narbal Kwangchul Youn
Iopas Eric Cutler
Ascagne Julie Boulianne
Hylas Paul Appleby
Priam Julien Robbins
Hécube Theodora Hanslowe
Andromache Jacqueline Antaramian
Astyanax Connell C. Rapavy
Anna Karen Cargill
Ascanius Julie Boulianne
Panthus Richard Bernstein
Troyens Paul Corona, James Courtney
Hector David Crawford
Laocoon Alex Springer
Director Fabio Luisi
Produccción Francesca Zambelli
Decorados María Björnson
Coreografía Doug Varone
Vestuario Anita Yavich
Nada más, para los no iniciados os aviso que es una ópera larga, más de cuatro horas, así que quizá deberéis tomarla en pequeñas dosis, pero recomiendo absolutamente su visión, es un monumento al romanticismo que cambió la forma de hacer música en una muy buena representación.
Aquí os dejo la ópera completa en vídeo desde el Metropolitan Opera House representada el 5 de Enero de 2013.Gentileza de angelique marquier.
http://www.youtube.com/watch?v=KmgzGkiivkc