Ein deutsches requiem en el Festival de Saint-Denis
Después del Requiem de Verdi volvemos al Festival parisino de Saint-Denis con una de las grandes obras corales: Un réquiem alemán Ein deutsches requiem de Johannes Brahms compuesto para soprano, barítono, coro y orquesta estrenado en 1869 en Leipzig.
La obra que daría fama a Brahms, llamada el «Réquiem Ateo» debido a las pocas menciones a Dios, cuenta con el texto de la traducción luterana en alemán de la Biblia, aunque cargada de espiritualidad se separa de las tradicionales misas de difuntos intentando sobre todo reconfortar a los que han perdido al ser amado. Se cree inspirada por el fallecimiento de su buen amigo Robert Shumman o de su propia madre.
Llena de sensibilidad, misericordia, compasión y también optimismo, una maravillosa obra de carácter universal: «Ein menschliches Requiem» Un Requiem humano. Os dejo la traducción de los textos debajo del vídeo.
Daniele Gatti dirige enérgica y brillantemente, a veces incluso demasiado, a un bien equilibrado Coro de Radio France y a la Orquesta Nacional de Francia en el concierto que pone fin al Festival 2015 con dos solistas de mucho nombre: la soprano Annette Dasch y el barítono Peter Mattei, ninguno de los dos alcanzó las expectativas canoras en la expresión de una obra de tan profunda humanidad, llevándose la soprano mi mayor decepción.
Dirección Daniele Gatti
Annette Dasch soprano
Peter Mattei barítono
Choeur de Radio France
Orchestre National de France
Maestro del coro Sofi Jeannin
Desde la catedral de Saint Denis el vídeo de Un réquiem alemán de Johannes Brahms del 2 de julio de 2015, gentileza de Arte
1. Selig sind, die da Leid Tragen
Bienaventurados los que sufren, porque ellos serán consolados. (Mateo 5,4)
Los que siembran con lágrimas, cosechan con alegría.
Al ir van llorando, llevando la semilla; al volver vuelven cantando trayendo sus gavillas.
(Ps. 126, 5-6)
2. Deen alles Fleisch ist wie Gras
Toda carne es como hierba y todo su esplendor como flor de hierba; se seca la hierba y cae la flor. (San Pedro 1, 24)
Sed pacientes, queridos hermanos, hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el fruto de la tierra con paciencia hasta recibir las lluvias tempranas y tardías. (Santiago 5, 7)
Pero la palabra del Señor permanece eternamente.
Los redimidos del Señor volverán y entrarán en Zion entre aclamaciones; habrá alegría eterna sobre ellos; regocijo y alegría les acompañarán y penas y suspiros desaparecerán. (Isaías 35, 10)
3. Herr, leeré doch mich
Señor, hazme saber mi fin y el destino de mi vida.
Mis días se han reducido a la medida de una mano y mi vida no es nada delante de ti.
Nada más una sombra el humano que pasa; sólo un soplonas riquezas que atesora, sin saber quién las recogerá. Y ahora, señor, ¿qué puedo esperar? En ti está mi esperanza. (Ps. 38, 5-8)
Las llamas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno. (Sabiduría 3, 1)
4. Wie lieblich sind deine Wohnungen, Herr Zabaoth
Señor, Sebaot, !Qué amables son tus moradas! Mi alma anhela y languidece tras de ti; mi corazón y carne gritan de alegría hacia el Dios vivo. Dichosos los que viven en tu casa y te alaban por siempre.
(Ps. 84, 2-3 y 5)
5. Ihr habt nun Traurigkeit
Vosotros estáis tristes ahora; pero yo volveré a veros y vuestro corazón se alegrará y vuestra alegría nadie os la quitará. (Juan 16, 22)
Mirad, he tenido mi parte de esfuerzo y trabajo y he encontrado un gran consuelo. (Sirak 51, 27)
Yo os consolaré, como una madre consuela a su hijo. (Isaías 66, 13)
6. Denn wir haben hie keine bleibende
Porque no tenemos aquí ciudad permanente, andamos buscando la del futuro. (Hebreos 13, 14)
Mirad, os revelo un misterio: no moriremos todos, sino que todos seremos transformados. En un instante, al toque de la trompeta final- pues sonará la trompeta- los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. Entonces se cumplirá la palabra escrita: “La muerte ha sido devorada en la victoria”. ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? ¿Dónde está, muerte, tu victoria? (I Cor. 15, 51-55)
Señor, tú eres digno de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado todas las cosas, por tu voluntad el universo fue creado. (Apoc. 4,11)
7. Selig sind die Toten, die in dem Herren sterben
Dichosos los que mueren en el Señor. Desde ahora, dice el espíritu, descansan en sus fatigas, porque sus obras les acompañan. (Apoc. 14, 13)