Palais Garnier Opera de Paris

Ópera de París

Ningún otro teatro podría haber inspirado una obra como El Fantasma de la Ópera, la novela de Gastón Leroux que es famosa en nuestros días por el musical de Andrew Lloyd Weber,y es que este impresionante edificio situado en el centro de París sigue siendo admirado ya sea por su fachada colosal como por su interior excesivo y ostentoso  allá donde se mire.

Durante el ochocientos, los teatros sustituyen a las catedrales medievales o a los palacios barrocos como los monumentos públicos por excelencia, el orgullo de las ciudades. En la nueva sociedad burguesa eran el principal lugar de encuentro donde los ciudadanos más representativos exhibían sus trajes de gala en los salones durante los entreactos, en los vestíbulos, en las escaleras o asomados en los palcos. Los teatros de París, como capital de la cultura en aquel Segundo Imperio, ofrecían espectáculos diarios para más de 20.000 espectadores. Y el más pomposo y caro era la ópera, La Grand Opèra francesa, que aumentaba sus orquestas, redoblaba los ballets, reunía en el escenario cientos de actores, requería puestas en escena espectaculares, caballos, enormes decorados y multitud de comparsas.

La construcción del teatro, que se adjudica en 1861 a Charles Garnier,  la ordena Napoleón III dentro de una remodelación urbanística de París bajo la supervisión del barón Georges-Eugène Haussmann que incluye un trazado de nuevas avenidas en el centro, los conocidos boulevard, rectilíneos y de gran amplitud, incorpora un nuevo alcantarillado, la iluminación a través de gas y el mercado central de Les Halles. Una de esas avenidas será la de la Opera, que comunica directamente con el Palacio del Louvre, consiguiendo una mayor perspectiva que ensalza la impresionante fachada del nuevo teatro que se terminará en 1874.

Arquitectónicamente la Ópera de Paris está dentro del Eclecticismo que en su versión francesa será un Neoclasicismo barroco o Neobarroco, en contraste con el Neogótico inglés, como el Parlamento londinense o el Neorrenacentista vienés, como su Staatsoper.

La sala es de estilo italiano, en herradura, consta de unos 2000 asientos, en ella destaca el techo pintado por Marc Chagall en 1964, realmente espectacular.

Actualmente la temporada nacional de la Ópera de París se divide con el Teatro de la Bastilla de más reciente construcción, clic aquí para ver la página oficial.

Vídeo desde un dron:

 

Comments 4

  1. Deseo ganarme la oportunidad de visitar Europa, soy Argentina, aqui las cosas no andan muy bien, pero dicen que querer es poder, a desearlo mucho !!!!! Gracias por tanta belleza.

  2. Tenía entrada para ver Peter Grimes de Britten el sábado día 11 de Febrero.Al entrar ya me taladraron los oídos con el timbre persistente, agudo y insoportable. No pueden hacer como otros teatros con timbrazos más cortos y con intervalos de tiempo pautados?.
    Lo segundo fue llegar como pudimos al ultimo piso, nadie nos indicó donde teníamos que ir ni como. Tengo 77 años y voy con bastón.
    Tercero: al llegar al último piso una señorita dio la orden de que se pusieran de pie las personas que estaban sentadas para dejarnos pasar a nuestros asientos. Ya tuve el primer ataque de miedo: pasar entre una persona y el pequeño espacio que quedaba delante de ella sin poderte agarrar en ninguna parte y con la inclinación que tienen los asientos no es nada agradable…
    Bien, llegó a mi asiento y para mi sorpresa me encuentro un asiento mínimo más parecido a un palo de gallinero que a un asiento de un teatro de ópera. El señor que tenía delante lo tenía encajado entre mis rodillas y los pies mal colocados por que no cabían en el espacio del suelo, la espalda recta totalmente para no molestar a la persona que tenía detrás, todo esto en la mayor inmovilidad para no molestar a nadie.
    Miro a la derecha i veo que por allí no hay salida, hemos de salir todos por la izquierda, todas las filas de asientos… segundo ataque, esta vez de pavor! Pensé: si pasa cualquier cosa, quedamos atrapados en una especie de ratonera!
    Me pregunto como los bomberos de Paris no han dicho nada al respecto!
    En el primer entreacto, dolorida de la inmovilidad y incomodidad, decidí, junto con otra compañera, que nos íbamos a casa. Imposible disfrutar de la ópera y con el peligro de acabar destrozada físicamente.
    Soy aficionada a la ópera, y conozco varios teatros, menos de los que querría,
    y en ninguno de los que he estado me he encontrado nada igual… el Garnier… que desastre!

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