Cecilia Bartoli

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Cecilia Bartoli

Ya desde su adolescencia Cecilia Bartoli demostró que iba a ser alguien especial, distinto, iba, ni más ni menos, que para bailaora de flamenco en Roma, aunque cambiaría su empeño por otras músicas, la energía y fuerza interpretativa nunca la ha abandonado.

«Soy muy perfeccionista, con todo el problema que esto conlleva. Siempre se puede hacer mejor. Tengo esta cruz, pero también conlleva una gran pasión, que es la propia música. »

Cecilia Bartoli

Estamos ante un verdadero fenómeno, más allá de ser una excelente mezzosoprano mozartiana o rossiniana, a partir de su disco de Vivaldi operístico, en 1999, que vendió millones de copias, algo absolutamente inusual en la música culta, se convierte en una personalidad aparte, diferente.

Además de sus éxitos como Arie Antiche: Se tu m’ami, Mozart Arias , Chant d’Amour o Sospiri, con sus trabajos de recuperación posteriores como Salieri, Opera Proibita, Maria, Sacrificium, Mission y el más reciente St. Petersbourg se confirma como una intérprete única, no sólo por su forma peculiar de canto sino por su repertorio escogido con meticulosidad y no poca investigación.

Cecilia Bartoli nace el 4 de junio de 1966 en Roma, Italia, sus primeros pasos en el escenario fueron con sólo nueve años. Se graduó en el Conservatorio de Santa Cecilia de Roma.

Debutó con 20 años en Roma, como la Rosina en El barbero de Sevilla, pronto el propio Herbert von Karajan la hará debutar en el Festival de Salzburgo, en Pascua para la Misa en si menor de Bach. A partir de entonces su carrera será imparable.

«Soy hija de artistas, mis padres, Angelo y Silvana Bazzoni, cantaban en el coro de la Ópera de Roma. Recuerdo la felicidad y la emoción, con los hijos de otros artistas, cuando siendo pequeña me llevaban detrás de la escena de los espectáculos de verano en Caracalla eran producciones colosales como Aida, irresistibles: tan pronto como podíamos los niños nos subíamos en los leones y las esfinges … recuerdo que mi madre, para que estuviéramos en casa quietos la tarde del domingo a mis hermanos y a mí nos hacía ejercicios de vocalización… con mis hermanos no funcionó, conmigo, sí. »

Cecilia Bartoli

La cantante romana es un ejemplo de diva moderna, cada disco suyo es un acontecimiento, cada actuación, que no prodiga mucho, se convierte en una noticia de portada en los medios, un provocación, bien sea como un castrado, como Anita Ekberg, como la Malibrán o como un cura travestido, es imposible que deje indiferente a nadie.
Lo realmente excepcional de este marketing es que a diferencia de muchos intérpretes en los que se queda sólo en eso, más allá de esos movimientos llenos de picardía y audacia, ella realiza un trabajo musical soberbio, como cantante e intérprete y como re-descubridora de trabajos olvidados, sabiéndose además rodear de grandes artistas.

Cecilia Bartoli tiene un modo de cantar tan versátil que alterna cómoda entre la extraordinaria agilidad y fuerza de los temas más exigentes donde demuestra una elasticidad vocal única, y la extrema sensibilidad y delicadeza en melodías más profundas donde nos transporta hasta llegar a conmovernos.

Pero a la mezzo romana no le faltan detractores ni críticas desfavorables, está claro que no es ortodoxa, como lo demuestra uno de sus últimos discos, el de Norma de Bellini, es decir canta siempre a lo Bartoli, si te gusta, te hará feliz, pero si no, es mejor no escucharla en obras conocidas. Tampoco posee una voz potente, eso se resiente mucho en las óperas completas en teatro, de las que sólo interpreta una o dos al año, pero apenas se echa de menos en los recitales. Y la emisión vocal, pues también a lo Bartoli, lo que le ha conseguido sonoros abucheos en la Scala recientemente.

Pero sinceramente es un espectáculo obligado asistir a uno de sus recitales, donde despliega todo el encanto de su exuberante personalidad inquieta, entusiasta e increíblemente expresiva, su sonrisa y hasta carcajada fácil, donde cuida hasta el más mínimo detalle su vestuario, despliega su valentía escénica hasta hacerse cercana y contagiarnos su energía.